La legislatura porteña con 32 votos a favor aprobó la reforma del estatuto docente con la excusa de “mejorar el sistema de enseñanza y aprendizaje”. Un proyecto que promueve la compentencia entre trabajadorxs, abrazando la meritocracia y que no resuelve los problemas reales en las aulas.
Según las mentiras del gobierno porteño esta reforma contemplaría la formación académica sobre la antigüedad laboral. Situación que se vive hace años y por lo que la mayoría de docentes se desvive haciendo cursos por milésimas de puntaje sumando más horas de trabajo. Sin mencionar que, ante la desesperación y para poder tomar o titularizar algún cargo, recurren a la compra de puntaje para poder trabajar. Es decir, pasamos miles de horas haciendo cursos para tener algunos puntitos o en su defecto pagamos para poder trabajar.
La propaganda gubernamental se esfuerza en ocultar la realidad educativa de la Ciudad de Buenos Aires y las condiciones de trabajo de la docencia, que hace años soporta un desfinanciamiento educativo, una miseria social creciente que impacta en las condiciones materiales y simbólicas, que complejizan y dificultan la tarea de la enseñanza y el aprendizaje de los contenidos académicos. Esta situación es responsabilidad de los gobiernos que ajustan los presupuestos y aplican reformas regresivas (NES, Secundaria del Futuro, resolución de primaria 172/12, Unicaba) cuyo marco normativo se apoya en las Leyes nacionales de Educación y en los acuerdos del Consejo Federal de Educación firmados por gobiernos de diferentes signos políticos.
En primer lugar, no obedece a los cambios que la docencia viene exigiendo y la pandemia puso de manifiesto, por ejemplo: las parejas pedagógicas, la reformulación de la jornada laboral (cuatro horas diarias de trabajo en aulas, un salario que cubra el costo de vida por un cargo, capacitaciones en servicio), los cargos ESI, entre otros reclamos. Por el contrario, crea cargos como Maestro especialista, Maestro coordinador de Trayectorias Escolares, Preceptor tutor, por mencionar algunos, sin especificar claramente cuáles serán sus funciones, los destinos de los mismos, si son o no con relevo de tareas. En segundo lugar, tampoco establece la cantidad de cargos que se crearán, ni el mecanismo por el cual serían asignados. Algunos de estos lineamientos fueron enviados en un mail de la Ministra Acuña a la docencia, pero con un carácter totalmente informal, dado que no figuran en el articulado de la ley.
Las modificaciones no establecen cómo será la formación para quienes quieran acceder a los cargos. En el correo electrónico de la ministra Acuña esto no se aclara, así que suponemos que será de la mano de sus sindicatos amigos que venden puntaje, o a través de su gran soñada UNICABA.
Reforma laboral y titularización
Hace tiempo en las escuelas que se encuentran en CABA trabajan un sinfín de docentes que poseen cargos de interinato hace años y no se les da la posibilidad de titularizar. En criollo, es como si vivieras sin pase a planta permanente hace diez años en tu trabajo. Esta situación por supuesto no preocupa a sindicatos burócratas que con su entreguismo garantizaron la pasividad para aprobar este proyecto. Por lo pronto siguen sin reclamar el incumplimiento por parte del Estado sobre los concursos anuales, derivado de la eliminación de las juntas de clasificación, disciplina y la constitución de la Coreap.
En éste escenario queda claro cómo les resultó tan fácil aprobar una reforma que garantiza la desigualdad salarial docente. Los cargos que se crearían percibirían un magro porcentaje sobre el de maestra secretaria. Teniendo en cuenta nuestro salario devaluado, ¿quién puede creer que algunos escasos pesos más puedan resolver el problema de la enseñanza o sean una salida a la extensa jornada laboral que lxs docentes estamos obligados a realizar en dos o tres cargos para llegar a fin de mes y que termina impactando en la salud de lxs laburantes y en la educación? Claramente, esta diferenciación salarial para quienes accedan a estos nuevos “cargos de ascenso horizontal”, serán el “premio” a modo de “empleadx del mes”, pero sin la capacidad real de incidir en la solución de los problemas educativos. ¿Podrá un “preceptor-tutor” o un “maestrx especialista” asignado a un distrito atender a la multiplicidad de dificultades de estudiantes que cursan hacinados en edificios escolares que se caen a pedazos para lograr evitar la deserción escolar? ¿Se pretende que además desarrollen esa titánica tarea por un plus de 10 mil pesos? ¿Implica en el caso de lxs preceptorxs-tutores la eliminación de los cargos de tutoría? No queda claro.
Este proyecto no soluciona ningún problema real en el aula y mucho menos genera condiciones de trabajo horizontales. Esta reforma aprobada con represión no es más que otra excusa para golpear nuestra labor y nuestros salarios. No necesitamos estas modificaciones. Necesitamos titularizar, equipamiento en las escuelas, una buena alimentación para lxs estudiantes, que no toquen la jubilación, cargos ESI, salario igual a la canasta familiar por un cargo, sindicatos que no se le den la mano a ningún políticx y que se deje de manosear la docencia de una buena vez.
¡Basta de precarización!
¡¡Abajo la reforma!!