Los desposeídos [una utopía ambigua] Ursula K. Le Guin
En un mundo donde la experiencia individualista de la inmediatez se convierte en una cuestión naturalizada, obligatoria y cotidiana, las bibliotecas persisten en proponer lugares de encuentro que nos remontan a leyendas de antaño.
Desde la Biblioteca de Alejandría que trascendía el mero acopio de libros para funcionar como un centro intelectual, las bibliotecas medievales que dieron refugio a pensadoras como Christine de Pizan (1364-1430) [1] o el trabajo constante en la preservación de saberes de los copistas hasta el resguardo de algunos conocimientos frente a la curiosidad de profanos, las bibliotecas resisten fervorosamente al paso del tiempo.
Refugio y punto de encuentro, estos sitios orbitan desde hace siglos con la convicción de que el saber no tiene dueños. Todas las personas pueden sentarse a leer allí, donar un libro o recorrer sus anaqueles en búsquedas que parecen no tener fin. Las bibliotecas perduran con esa insistencia silenciosa de la potencialidad ilimitada que tenemos como especie cuando circulamos saberes. Nos proponen mundos alternos, imposibles, poco imaginables…Pero por sobre todas las cosas son un refugio donde la curiosidad pareciera ser brújula y viento a favor para izar las velas…
Entre tantos anaqueles y libros polvorientos “Los desposeídos” surge como algo más que un libro de ciencia ficción. Relata revoluciones, contrarrevoluciones y la dificultad de sopesar lo individual con lo colectivo.
El relato comienza con una revolución que arrasa por completo a Urras. Pero no es cualquier revolución: la revuelta es anarquista y termina con la expulsión de la insurgencia derrotada hacia otro mundo (Anarres). Ese mundo tiene un muro, un único muro que separa el puerto espacial en desuso del resto del planeta. No hay salida de este planeta frío y rocoso.
Dos mundos: un muro ¿Tenemos la certeza que el libro es mera fantasía?
Shevek, físico destacado de Anarres, desea poner fin a su aislamiento y reanudar el diálogo con el resto de la humanidad. En este punto la novela se divide en dos: la vida de Shevek en Urras y las memorias de un pasado no tan lejano habitando Anarres.
Los desposeídos es un texto donde cada vez que el lectxr da inicio la lectura encuentra elementos e interpretaciones nuevas. Con personajes definidos de manera precisa narra las dificultades que se encuentra el desarrollo de una sociedad ácrata y la amenaza siempre presente de la burocracia y centralización del poder.
Ursula K. Le Guin nos invita a explorar algunos de los problemas que parecen no tener tiempo: la posición de la mujer en la estructura social, la complejidad de las relaciones humanas, los méritos y las promesas de las ideologías, el idealismo político y las dificultades en el pensar colectivo.
Utopías ambiguas, futuros posibles, destinos que no parecen encontrarse fácilmente. La invitación a cohabitar la biblioteca de la FORA está hecha.
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Ursula Kroeber Le Guin (1929-2018) nació y murió en Estados Unidos. Fue la primera mujer en obtener el título de Gran Maestre por la Asociación de Escritores de ciencia ficción y fantasía de su país natal. Escribió más de veinte novelas y más de cincuenta relatos. Dentro de su extensa obra se encuentran: La mano izquierda de la oscuridad (1969), El nombre del mundo es bosque (1972), Quienes abandonan Omelas (1973), Los desposeídos (1974), la saga Historias de Terramar (1968 – 2001) y Lavinia (2008). Recientemente se ha editado Las chicas salvajes (Hekht, 2020) volumen que comparte un cuento, un poemario, dos ensayos y una entrevista.
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Biblioteca de la Federación Obrera Regional Argentina (F.O.R.A)
Coronel Salvadores 1200 – Ciudad Autónoma de Buenos Aires
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