Siempre habrá alguien que en medio de un gran problema va a decirte que estás pasando por una crisis, la cual representa una gran oportunidad. Pero oportunidad para qué, eso puede que no te lo digan.
Ahora, en el actual contexto donde parece que va a estallar tremenda crisis, si pensás que no se puede hacer nada para combatir este sistema injusto, tal vez es que no te diste cuenta de lo que somos. Somos un montón, somos la mayoría, y es obvio que estamos en el lugar donde el trabajo no alcanza para vivir y se vive cada vez peor. Generando todo lo necesario para que unos pocos se lleven los beneficios.
Eso de las ganancias para unas pocas manos es bien sabido, pero respecto a la consciencia sobre la cantidad y quiénes somos, parece que no es muy evidente. Si no, las cosas serían muy distintas. Ya que si buscáramos la salida desde la solidaridad de nuestra clase podríamos organizar el mundo entero, en lugar de buscar la salida individualmente o en pequeños círculos, detrás de supuestas representaciones, pidiendo o reclamando a quienes detentan el poder.
Tanto malestar, indignación, y sobre todo tanta desesperación en el día a día, deberían movilizarnos a conectar entre nosotros y nosotras con la solidaridad de clase como medio para un fin común de emancipación, donde la organización y la producción sean nuestras y podamos igualitariamente en asambleas decidir sobre todos los asuntos necesarios rechazando las injusticias y desigualdades llegando a disfrutar del fruto de nuestro trabajo, tan necesario. Ésta es la acción directa, la que no espera a ninguna burocracia política ni sindical.
La oportunidad que siempre se acerca, cada vez más profunda y terrible, sólo podrá ser aprovechada si nos organizamos, si primero nos acercamos y empezamos a generar los lazos fundamentales. Para resistir, y no rendirnos a la engañosa resiliencia que nos presentan los voceros de este maldito sistema. Sistema que quiere que pensemos que si nos adaptamos somos mejores y que ese sería el camino al éxito. No nos dejemos engañar. Si no somos capaces de resistir y de organizarnos, entonces este sistema, luego de esta pronta crisis, sólo va a rejuvenecer, va a reinventarse nuevamente, y una vez más será a costa nuestra, de nuestro tiempo, salud, sangre.