Para el pueblo colonizado, el valor más esencial,
por ser el más concreto, es la tierra:
la tierra que debe asegurar el pan
y, por supuesto, la dignidad.
F. Fanon (1961). Los condenados de la tierra
El término diáspora tiene su raíz en la palabra griega διασπορά (δια – día: a través de) y (σπορά – spora: semilla, siembra); significa semilla que se siembra al vuelo. La noción alude a la disgregación o el éxodo de los integrantes de una comunidad de su territorio de origen y dispersión en otros sitios.
En la actualidad, las diásporas se producen por situaciones de violencia, etnocidios, persecución política, vulnerabilidades asociadas a la orientación sexual, el género o religiosas. El movimiento de personas desde su lugar de origen hacia territorios desconocidos (y muchas veces hostiles) asiste en la configuración de situaciones de crisis humanitarias donde se observa una apuesta por el oportunismo de algunos sectores de poder y la indiferencia de otros (muchos de los cuales son responsables directos del despojo de esas comunidades).
Según la Agencia para los Refugiados de la Organización de las Naciones Unidas – ACNUR- (ONU, 2021), 70 millones de personas tienen el estatus de refugiadxs debido a conflictos en sus naciones de origen (casi el doble que la población argentina según el último censo de 2010). La situación de lxs refugiadxs se encuentra muchas veces oculta en informes, reportes oficiales y prensa mundial. Es difícil encontrar datos precisos y las problemáticas varían en función de la geopolítica.
La periodista Sarah Lazare (2016) refiere que bajo una apariencia de ayuda humanitaria el Banco Mundial está tentando a las compañías occidentales a poner en marcha “nuevas inversiones” en Jordania para beneficiarse de la mano de obra de los refugiados sirios. En un país donde los trabajadores emigrantes han hecho frente a la servidumbre forzada, tortura y hurto, hay razones para sospechar que esta ‘solución’ costosa a la crisis creciente de desplazamiento establecerá fábricas donde se explotará al obrero haciendo expresamente de los refugiados un objetivo de guerra para la hiper explotación.
En países como Turquía (quien, además de recibir dinero de la Unión Europea, busca ser parte de ella) investigaciones como la del periodista Glen Ford (2016) advierten que el acuerdo de Erdogan (actual presidente de Turquía) con Europa para evitar que millones de refugiadxs ingresen al continente es un pacto entre demonios: los refugiados en Turquía son víctimas del papel turco en la guerra contra Siria y la alianza con Europa, Estados Unidos y las aristocracias reales petroleras del Golfo Pérsico. Ford (en sintonía con Lazare) advierte que el tráfico humano en Turquía avanza hacia una escala no vista desde el comercio de esclavxs en el Atlántico (s. XVI – XIX).
Durante el año 2016 Turquía aceptó 3.800 millones de dólares para evitar que los casi 3 millones de refugiadxs que se habían establecido en su suelo cruzaran a Europa (Ford, 2016). En septiembre de este año, durante la conferencia ante la Asamblea General de la ONU, Erdogan reclamó más fondos a la comunidad internacional para atender a lxs refugiadxs sirios (DW, 2021).
Este modo de traccionar a las corporalidades responde a lo que Strengers y Pignarre (2018) llaman sistema de flujos reorganizadores móviles: trampas prácticas que buscan organizar de cierto modo la energía colectiva, modos de propiciar sentidos y obturar otros. El capitalismo no deja de inventar medios de someter a sus propias exigencias aquello a lo cual se enfrenta y las consecuencias no le incumben: las externaliza (que las paguen otros), o las define como materias potenciales para nuevas operaciones (Strengers y Pignarre, 2018:51).
Las situaciones que viven las personas, familias y comunidades desplazadas de manera forzosa sin lugar a duda sirven para la identificación de materias potenciales en nuevas operaciones de un capitalismo que extiende el deseo extractivista desde los territorios hacia lxs cuerpxs.
¿Quién es Recep Tayyip Erdogan?
Recep Tayyip Erdogan (1954 – actualidad) gobierna Turquía desde 2014 y ha reformado la constitución para mantenerse en el poder hasta el 2023. Su estilo de mando se caracteriza por encarcelar, perseguir y expulsar a lxs opositorxs. Según Reporteros sin Fronteras, Turquía ocupa el puesto 154 de 180 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa (2021), dato que señala como ve el presidente turco las opiniones de las personas que no acuerdan con su régimen.
En la actualidad, las cárceles turcas albergan alrededor de 300.000 detenidxs, situación que lleva a la superpoblación y condiciones paupérrimas de vida (Albani, 2020).
Albani (2020) refiere que el gobierno de Erdogan mantiene varios frentes abiertos. Hacia afuera, mantiene tropas y sostiene a grupos terroristas (muchos de ellos integrados por ex combatientes del Estado Islámico) en la provincia siria de Idlib y en el norte y el este de Siria. El cantón kurdo de Afrin (invadido en marzo de 2018) y una franja importante de la frontera común, con epicentro en la ciudad de Serekaniye (ocupada en octubre del año pasado), representan la principal avanzada de Ankara en su plan de extensión territorial, basada en los sueños neo-otomanos de Erdogan. Hacia adentro, antes del coronavirus, Turquía transitaba una sostenida crisis económica, con un desempleo masivo y una inflación que el Ejecutivo no puede controlar.
El acuerdo entre Erdogan y la UE surgido en 2016 consiste en un blanqueo de refugiados: Turquía recibe refugiados desde Siria o Irak, por ejemplo, lxs asiste en el proceso de legalizar su situación, para luego enviarlxs a Europa. En este pasamanos humano, Europa, a cambio de esa cantidad de refugiadxs en blanco, envía otros tantos que requieren papeles a Turquía. Éste es el motivo por el cual Erdogan necesita dinero para mantener el modus operandi. Ankara refiere que no ha recibido los 6.000 millones de euros que se habían acordado con gobiernos como los de Alemania, quién a su vez manifiesta, que el monto (a pagar en cuatro años) no iba dirigido a las arcas turcas sino a proyectos concretos de ayuda para refugiadxs (Infobae, 2020).
Según ACNUR (2021) los casos de reasentamiento presentados a los Estados consideran a refugiadxs con necesidades de protección legal y física, sobrevivientes de violencia, mujeres, niñas, niños y adolescentes en riesgo, personas LGBTIQ+, personas con necesidades médicas y otras que enfrentan condiciones precarias. Lo cierto es que las estadísticas actúan en mostrar la problemática, pero lejos está la voluntad de una Europa colonizadora de a incluir a las personas desplazadas, condenándolas así al limbo de los campos de refugiadxs: situación intermedia, precaria que puede prolongarse de manera infinita para miles de personas.
Por sólo citar un ejemplo, mencionaremos la situación del campo de refugiadxs a las afueras de Makhmour que actualmente alberga 13.000 refugiadxs kurdos y se encuentra a 60 km de la Erbil. Creado en 1998 con ayuda de la ONU, es identificado por Erdogan como un centro de incubación del terrorismo y hace tiempo presiona para su cierre. Las condiciones del campamento son muy crudas: el desempleo y la falta de acceso a los servicios básicos se han llevado la vida de personas, entre las que se encuentran niñxs (Albani, 2021). Panorama que empeora en invierno donde las condiciones climáticas son aún más adversas debido a las bajas temperaturas y se avizoran escasas (o nulas) posibilidades de revertir la situación.
Algunas personas desplazadas emprenden el viaje peligroso hacia Europa (que significa poseer entre 15.000 y 30.000 dólares) mediante el contrabando, situación que conduce hacia una trampa. Suele suceder que el contrabando los captura en la frontera de países como Bielorrusia y Polonia donde quedan presxs de situaciones climáticas hostiles (Mac Donald & Eyes, 2021).
Además del dinero de la UE, Turquía busca el ingreso a este bloque (situación que posibilitaría a 75 millones de turcos el ingreso a Europa sin visa) y de este modo controlar la población de refugiadxs. Según Ford (2016), el presente estado de cosas permite proteger a Europa de gente antes colonizada, cuyo trabajo y tierras hizo engordar durante medio milenio a Europa y sus estados colonialistas blancos. Sin embargo, para el periodista, los europeos nunca aceptarán a Turquía porque es musulmana y no-muy-blanca.
El juego geoestratégico se lleva la vida y el futuro de miles de personas.
Desplazamientos forzados
A finales del 2020, 82.4 millones de personas fueron desplazadas por la fuerza en el mundo. De ellas, 26.4 millones son refugiadxs de los cuales 3.7 millones están en Turquía, bajo los hilos de Erdogan (UNHCR/ACNUR, 2021).
Según Filipo Grandi (Alto Comisionado de la ONU para los refugiadxs), si bien la Convención de los Refugiados de 1951 y el Pacto Mundial sobre los Refugiados proporcionan el marco jurídico y las herramientas para responder al desplazamiento, necesitamos una voluntad política mucho mayor para abordar los conflictos y las persecuciones que obligan a las personas a huir en primer lugar (UNHCR/ACNUR, 2021).
Las infancias son las más perjudicadas por los desplazamientos forzados, especialmente si se prolonga durante muchos años. ACNUR estima que entre los años 2018-2020 tuvieron lugar alrededor de un millón de nacimientos en calidad de refugiadxs. Unos 21.000 niñxs no acompañados o separados de su familia presentaron solicitudes de asilo el año pasado. Las personas desplazadas muchas veces habitan zonas inhóspitas o contaminadas, escenario que no solamente pone en riesgo su salud sino también dificulta la adquisición de una vida digna (UNHCR/ACNUR, 2021).
Un capítulo aparte es el vinculado con el acceso a los bienes culturales o la alfabetización. La precariedad en la situación de vida, separación forzada de la familia, crisis alimentaria entre otras circunstancias marcan la brecha entre cuáles son las infancias que importan versus las que no.
Si bien organismos como ACNUR (2021) tienen un registro detallado de la demografía del desplazamiento, pocas soluciones permanentes surgen en un circuito que parece ser manejado por intereses económicos y altamente rentable para gobiernos como los de Erdogan.
El desplazamiento forzado de miles de personas alrededor del mundo (Turquía es solo un capítulo de un entramado complejo), su utilización como cuerpxs intercambiables, explotación esclavista y manejo como mano de obra barata es una problemática que requiere la unión, el compromiso y solidaridad de lxs trabajadorxs, organizaciones y sindicatos alrededor del mundo. La libertad debería ser como el aire que respiramos. Siempre allí pero invisible (anónimo).
Referencias
Agencia de la ONU para los refugiados – UNHCR/ACNUR (2021). Tendencias globales. Desplazamiento forzado 2020. Recuperado de: https://www.acnur.org/60cbddfd4.pdf
Albani, L. (2020). Erdogan: la otra pandemia que arrasa en Turquía. Crisis. Recuperado de: https://www.revistacrisis.com/debate-global/erdogan-la-otra-pandemia-que-arrasa-en-turquia
Albani, L. (2021). Migrantes como moneda de cambio. Kurdistán América Latina. Recuperado de: https://www.kurdistanamericalatina.org/migrantes-como-monedas-de-cambio/
Carmona Ulloa, E. (2016). Refugiados: Mano de obra barata para el “humanitario” Occidente. La tinta. Recuperado de: https://latinta.com.ar/2016/11/refugiados-mano-de-obra-barata-para-el-humanitario-occidente/
DW (2021). Erdogan pide a la UE más dinero para los refugiados sirios. Recuperado de: https://www.dw.com/es/erdogan-pide-a-la-ue-m%C3%A1s-dinero-para-los-refugiados-sirios/a-45638621
Ford, G. (2016). Turkey and Europe: Human Trafficking on a Scale Not Seen since the Atlantic Slave Trade. Black Agenda Radio, Black Agenda Report. Recuperado de: http://www.blackagendareport.com/turkey_europe_human_trafficking
Infobae (2020). Algunas claves para entender la crisis migratoria en la frontera greco-turca. Recuperado de: https://www.infobae.com/america/mundo/2020/03/04/algunas-claves-para-entender-la-crisis-migratoria-en-la-frontera-greco-turca/
Lazare, S (2016) “World Bank Woos Western Corporations to Profit from Labor of Stranded Syrian Refugees,” AlterNet. Recuperado de: https://www.alainet.org/es/articulo/181693
Mc Donald, A (2021). Los refugiados kurdos de Turquía se enfrentan a la pobreza, la represión y la violencia. Kurdistán América Latina. Recuperado de: https://www.kurdistanamericalatina.org/los-refugiados-kurdos-de-turquia-se-enfrentan-a-la-pobreza-la-represion-y-la-violencia/
Reporteros Sin Fronteras (2021). El autoritarismo se apodera de los medios. Recuperado de: https://rsf.org/es/turquia?nl=ok
Strengers, I. y Pignarre, P. (2018). La brujería capitalista. Colección Pyra: Hekht. Buenos Aires, Argentina.