“Mantén tu rostro siempre
hacia la luz del sol,
y las sombras caerán detrás de ti”
Walt Whitman [1]
La primera huelga de Enfermeros en Argentina fue en 1916. Bueno, primera de la cual hay registro. Sí, enfermeros varones, quiénes eran mayoría por aquel entonces en lo que hoy conocemos como Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Como es de esperarse no terminó bien: los huelguistas fueron en un primer momento desplazados por esquiroles (estudiantes de medicina ¿bien dispuestos? a velar por el interés de los penitentes, digo, “pacientes” de aquella época) para luego ser efectivamente reemplazados por “nurses” quiénes habían recibido la instrucción negada a ellos por los directores de Hospitales [2].
El desplazamiento de los huelguistas fue fundamentado del siguiente modo por el Dr. Sarmiento Laspiur (por entonces Sec. de asistencia Pública) “el propósito de la repartición es cambiar a los enfermeros sin diploma, que sólo son peones que carecen de todo conocimiento por enfermeras recibidas de la escuela municipal después de un curso de nueves meses” (diario La Prensa, 16/09/1916). Si bien los huelguistas habían acordado constituir una sociedad de enfermeros, poco o nada se sabe del destino de dicha iniciativa [3].
Esta primera división (externa a lxs protagonistas) puede decirse que ha marcado el destino posterior de la disciplina, que cuenta con un grado de fragmentación espejo del sistema de salud. Según el Ministerio de Salud (2019) sobre un total de 234.527 enfermerxs a nivel nacional el 16.2% es licenciadx, 51.9% técnicxs y 31.9% auxiliares de Enfermería. Las normas nacionales (24.004) y jurisdiccionales delimitan las funciones, pero, en el día a día, cada quién lleva a adelante las mismas tareas. Las especialidades (ex residencias) raras veces son reconocidas y son escasas (o nulas) las posibilidades de capacitarse de manera rentada, quedando el costo de estas a cargo del profesional.
Las protestas del sector volvieron con una fuerza distinta y algunos puntos en común con aquellas de 1916 en el 2018 cuando Enfermería en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires quedó fuera de la Carrera de profesionales de la salud (6035). Frente a la complicidad de gremios como SUTECBA en la precarización profesional sumado a amenazas, hechos de violencia y aprietes de todo tipo, lxs profesionales decidieron organizarse en asambleas de base de diferentes hospitales para generar acciones en común que confluyeron en una marcha multitudinaria el 21 de noviembre que fue tapa de algunos diarios. En paralelo a este movimiento, la Escuela Superior de Enfermería “Cecilia Grierson”, espacio centenario para la formación profesional (mixta, laica y gratuita), daba una pelea similar debido a la voluntad del Gobierno de la Ciudad y la cartera dirigida por Acuña de recortar instancias de formación curricular entre otras cuestiones. El escenario mostró de modo claro el poder de la organización de base y el grado de vulnerabilidad de la profesión en los ámbitos educativos y hospitalarios.
Enfermerxs de diferentes puntos del país mostraron solidaridad con la situación en CABA y comenzaron con acciones de protesta cuyo objetivo era visibilizar que los problemas a los cuales estaba sujeta la profesión no tenían fronteras provinciales.
El 18 de abril de 2020 murió el primer Enfermero en pandemia: Silvio Cufré (47 años). Su fallecimiento se dio en un contexto de vulneración absoluta en su condición de trabajador y profesional. Durante su trabajo en el instituto médico Brandsen había atendido a pacientes con COVID sin estar notificado de dicha situación [4]. El 8 de junio de ese mismo año era promulgada la ley 27.548 “Ley Silvio” cuyo primer artículo refiere:
“Declaración de Interés Nacional. Declárese prioritario para el interés nacional la protección de la vida y la salud del personal del sistema de salud argentino y de los trabajadores y voluntarios que cumplen con actividades y servicios esenciales durante la emergencia sanitaria causada por la pandemia de coronavirus COVID-19”.
Poco pan y mucho circo. Enfermería continúo saliendo a la calle con los mismos puntos:
- Salarios por encima de la canasta familiar,
- Insalubridad para todxs lxs trabajadores de la salud,
- Reconocimiento profesional. Vinculado con la inclusión en la carrera profesional y reclamos similares en las provincias,
- Pase a planta de los trabajadores contratados.
- Pensión para las familias de los trabajadores fallecidos por Covid.
Durante la pandemia surgieron un sinfín de contratos temporales so pretexto de las unidades febriles de urgencia (UFU) y la posterior campaña de vacunación. Especialmente en la campaña se solicitó al estudiantado de enfermería colaboración con dichos espacios como “actividad formativa” pero luego cuando las tareas realizadas en ese campo no se vinculaban con el diseño curricular esas prácticas no fueron acreditables. Dicha situación en algunos espacios como la Escuela Cecilia Grierson generó conflictos entre docentes (quiénes referían que era poco seguras la realización de las prácticas) y el estudiantado, marcando un quiebre que aún en la actualidad no ha podido superarse versus el trabajo realizado en conjunto durante la defensa de la currícula y la Escuela en 2018.
En enero del 2021, Enfermería organiza un acampe de sesenta y dos días frente al Ministerio de Salud de la Nación donde a las consignas antes mencionadas se adicionó la necesidad de implementar y cumplir la ley 27.499 (Ley Micaela) [5]. Hubo palos y reuniones “de pasillo”: mucho circo y poco pan. La pandemia COVID – 19 se llevó la vida de alrededor de 203 enfermerxs (Télam y Perfil 07/06/2021). Y, como si fuera poco, el gobierno de la ciudad de buenos aires propone realizar una “homenaje” en Parque Ameghino a las personas fallecidas en pandemia colocando más cemento y talando árboles (Tiempo Argentino, 07/11/2022).
Grandes paréntesis fueron surgiendo en esta historia: para el presidente lxs enfermerxs son “técnicxs de la salud”, para Larreta “administrativxs”, para el exconsejero Alde de la Fac. de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario “vulgares enfermerxs”, para la diputada Osuna “figuritas que se colocan ropajes” …Y entre todo eso…llegó la promesa de pan, algo de circo y mucho sello de goma con el flamante proyecto presentado por Yedlin en un evento en el Museo de la Casa Rosada (con las cabezas de los grandes cuadros sindicales presentes) cuyo objetivo era “promover y desarrollar” a la Enfermería (suena más a combo en promoción que otra cosa). Cabe notar que en la mesa principal del acto no estaba presente una incorporación de la gestión Ginés en la cartera en salud: La directora de Enfermería (circo y pan para algunxs).
De aquel primer paso (entre reuniones y otras yerbas) meses después el proyecto de médico Yedlin tenía media sanción (Aurelio, 2022), dejando en evidencia que la profesión era una carne electoral de primera calidad.
Esta “nueva” norma nace de la matriz de un paradigma viejo: aquel que reza, como diría el exconsejero Alde, que lxs enfermerxs son vulgares y necesitan instrucción. Se declara también a la profesión de interés público nacional para luego formar una Comisión Nacional de formación y desarrollo en Enfermería: parece más un reparto de caja chica y revoleo de sellos de goma que las necesidades demandadas por lxs profesionales.
El fallo de la jueza López Vergara (Cámara en lo contencioso administrativo – CABA) en noviembre (04.11.2022) de este año trajo a la arena de reclamos/movilizaciones/activismo un nuevo dato: la magistrada falló a favor de los amparos iniciados por Licenciadxs en Enfermería en el 2018, recordándole al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que Enfermería pertenece al escalafón profesional y no administrativo. Festejado por un sector, la medida nuevamente fractura al colectivo profesional ya que lxs enfermerxs (título terciario/pregrado universitario) y auxiliares que trabajan en Hospitales quedan a merced de la Carrera de Profesionales de Enfermería (CAPE), Frankenstein de SUTECBA. Un panorama que dificulta la organización de lxs trabajadorxs.
En un clima electoral, cada quién quiere una porción de lo suyo; entonces el triunfo se lo arrogan unxs quedando otrxs a merced de organizaciones que no son representativas de las demandas colectivas [6] pero tienen la posibilidad de sentarse en una mesa salarial.
Lxs Enfermerxs volvieron a tomar la palabra durante el conflicto con lxs residentes en CABA, dejando clara la necesidad de unión y organización colectiva para poder quebrar la precarización, así como las condiciones peligrosas en las que se trabaja. Cabe notar en este punto que la Enfermería posee también residencias y especialidades rentadas las cuales tienen una dedicación exclusiva. Por lo tanto, lx profesional queda cautivo de sueldos miserables y trabajo agotador bajo el manto del aprendizaje.
Sector profesional altamente disputado por la política y el sindicalismo vernáculo, la Enfermería se encuentra en un momento liminal [7] donde la posibilidad de generar acciones internacionalistas podría romper con la lógica de la rueda del ratón.
La pandemia COVID – 19 dejó en claro el rol protagónico de la Enfermería en la salud colectiva, abriendo un diálogo transfronterizo posible. Escenario realizable debido a las coincidencias entre los problemas surgidos en las pampas y otros países como Rumania, Estados Unidos (recordemos a las enfermeras de Brooklyn colocándose bolsas de residuo ante la falta de camisolines y la tapa de la revista TIME de las 100 personas más influyentes del año [8]), las protestas masivas en Canadá, España, Reino Unido, Francia, Grecia, Alemania; mostrando que la organización internacionalista es posible y que la fragmentación sigue siendo una amenaza para la disciplina en su conjunto.
Otra ventana de oportunidad es la necesidad de poner en discusión cuál es el rol de la Enfermería en los problemas cada vez más acuciantes de la salud socioambiental. Parafraseando a Carrasco [9] ¿Cuidados de Enfermería para quién? ¿Ciencia enfermera para qué o quién/es? Buscar esas respuestas puede dar un vuelco de 180 grados en los modos de ver(nos) y activar en común.
Habrá que pensar entonces si la decisión será seguir siendo espectadorxs del circo y las pocas migajas de pan o sembradores de un espectáculo donde nadie quede afuera: ni lxs profesionalxs, ni la comunidad, ni el ambiente.
Referencias
Agencia Tierra Viva (2022). Andrés Carrasco: “Todo conocimiento es ideológico y remite siempre a un acto político”. Disponible en: https://agenciatierraviva.com.ar/andres-carrasco-todo-conocimiento-es-ideologico-y-remite-siempre-a-un-acto-politico/
Aurelio, A. (2022). Media sanción para la Ley de Promoción de Enfermería. Disponible en: https://tramaeducativa.ar/media-sancion-para-la-ley-de-promocion-de-enfermeria/
Barbouth, D. (1994). Liminalidad. IDIS. Disponible en: https://proyectoidis.org/liminalidad/#:~:text=El%20t%C3%A9rmino%20%E2%80%9Climinal%E2%80%9D%20viene%20del,tiempo%20intermediario%20entre%20dos%20sucesos.
Boletín Oficial. Ley 27.548. Programa de Protección al Personal de Salud ante la pandemia de coronavirus COVID-19. Disponible en: https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/230239/20200608
Diario dicen.es (2017). Walt Whitman, el escritor que se convirtió en enfermero. Disponible en: https://www.enfermeria21.com/diario-dicen/walt-whitman-el-escritor-que-se-convirtio-en-enfermero-DDIMPORT-052132/
Ministerio de Salud (2019). Observatorio Federal de Recursos Humanos en Salud. Datos sobre fuerza de trabajo. Disponible en: https://www.argentina.gob.ar/salud/observatorio/datos/fuerzadetrabajo
Perfil (2021). Más de 200 enfermeras y enfermeros murieron por Covid-19 en Argentina. Disponible en: https://www.perfil.com/noticias/coronavirus/203-enfermeras-enfermeros-murieron-covid-19-argentina-durante-pandemia.phtml Télam digital (2021). Murieron 203 profesionales de enfermería por coronavirus en el país. Disponible en: https://www.telam.com.ar/notas/202106/556921-murieron-203-profesionales-de-enfermeria-por-coronavirus-en-el-pais.html
Biblioteca Nacional. Diario Crítica. Ediciones del 16 y 17 de septiembre de 1916.
Biblioteca de la Universidad Nacional de la Plata. Diario La Prensa 16 de septiembre de 1916.