Créditos de la imagen: Rositsa Raleva y Maria Stanisheva para Human Rights Watch (2016). Disponible en: https://www.freedomunited.org/news/migrant-domestic-workers-trapped-in-oman/

El Sistema Kafala: un pasaporte a la esclavitud

Las próximas semanas los medios de comunicación y redes sociales tomarán las reivindicaciones del Día Internacional de la Mujer desde diversos ángulos: efemérides, denuncias y estadísticas. 

Sin embargo, la situación de las mujeres migrantes bajo el sistema kafala continúa siendo un tema tabú. El laberinto en el que se encuentran miles de trabajadoras en medio oriente marca la agenda de las corporalidades que importan.

La palabra kafala (en árabe: نظام الكفالة niẓām al-kafāla, en el sentido de “sistema de patrocinio” o “sistema de auspicio”) es un modo de contratación de mujeres migrantes en países de Medio Oriente como Líbano, Jordania, Kuwait, Bahréin y Arabia Saudita. El kafil (o empleador), mediante un acuerdo contractual, no sólo retiene los pasaportes de las mujeres sino que también determina las condiciones de trabajo, ocio y remuneración. En esta relación paternalista, existen pocos o ningún mecanismo de rendición de cuentas para garantizar que el empleado esté efectivamente protegido contra la explotación y el abuso. A su llegada y durante toda su estancia, la libertad de movilidad de las trabajadoras del hogar se ve gravemente comprometida [1]. Antes de comenzar el período de trabajo, se coloca a las mujeres en habitaciones de aislamiento durante días con escaso alimento e hidratación [2]

En este sistema, las trabajadoras no pueden ingresar al país que las recibe u obtener una visa a menos que tengan el patrocinio del kafir. Un informe de Amnistía Internacional [3] recupera testimonios como los de Mary, una trabajadora de Etiopía que viajó al Líbano donde sufrió abuso físico y verbal: Estuve en la casa de mis empleadores sin salir durante un año, trabajaba 18 horas al día. Lloraba todos los días y traté de acabar con mi vida en tres ocasiones. Su casa era mi prisión [4]. El Líbano, por citar solo un ejemplo, cuenta con 250.000 trabajadoras domésticas migrantes provenientes de países africanos y asiáticos que realizan tareas en casas particulares, muchxs de ellos no tienen acceso a sus pasaportes como relata Sarah: En los 22 años que trabajé allí, nunca vi mi pasaporte [5]. Un informe de la OIT (2016) reveló que, de 1.200 empleadores encuestados, el 94,3 % había retenido el pasaporte del trabajador y más de la mitad consideraban que el contrato les permitía hacerlo [6]

El miedo a la deportación, la necesidad de enviar dinero a la familia y no contar con un lugar donde huir son los temores cotidianos de miles de trabajadoras. Muchas enfrentan meses en centros de detención cuando quieren cambiar de trabajo o denuncian abusos de sus empleadores [7]

Los salarios muestran las raíces racistas del sistema: para las mujeres provenientes de África, Etiopía y Bangladesh oscilan entre los 200-300 dólares; Filipinas paga 400 dólares, pero, si las trabajadoras prestan servicios en casas de diplomáticos o políticos pueden recibir una paga de u$s 2.000-3.000. Durante el 2019, la crisis producida por la pandemia en algunos países hizo que los empleadores perdieran la capacidad de pago situación que los llevó a abandonar a las empleadas en la vía pública, quedando como opción poder retornar a sus países natales vía consulado [8]

En enero del 2022, un grupo de treinta mujeres realizó un acampe en el consulado de Kenia ubicado en Beirut pidiendo ser repatriadas. Entrevistadas por Aljazeera (2022) una de ellas relató que había escapado porque su empleadora no le permitía bañarse y usar el baño, había retenido su pasaporte y hacía que sus hijos la llamaran caca o gorila. Solía ​​ducharme cuando veía que estaba borracha. O cuando se iba a dormir, abría la puerta lentamente y salía, ponía agua fría y me duchaba en el balcón, a la intemperie [9]

El sistema kafala deja alrededor de 100 millones de dólares por año sólo en el Líbano; más de la mitad de esta suma va a las agencias de reclutamiento y empleadores. Cada mujer le vale alrededor de 3000 dólares que se pagan a las diferentes agencias encargadas de ingresarlas a los países de destino [10]

Las mujeres víctimas del tráfico humano quedan con heridas difíciles de sanar inclusive recibiendo apoyo de grupos independientes y pudiendo retornar a su territorio natal. Los daños son físicos, emocionales, psíquicos, económicos y familiares. Antes de la crisis del coronavirus se estimaba que dos mujeres bajo el sistema kafala morían por semana en el Líbano sin ningún tipo de investigación sobre las causas de los decesos. Según activistas los motivos oficiales indicaban suicidio pero dadas las condiciones de vida y el tipo de trabajo existen sospechas vinculadas a femicidios [11]. El camino para la abolición del sistema kafala (vigente desde los años 50) se ve lejano a pesar de la necesidad de ayuda humanitaria que países como el Líbano necesitan. 

Pero no sólo sistemas como el kafala dan un hachazo a la autonomía de las mujeres. En Qatar, por ejemplo, sigue en vigencia el sistema de tutela masculina donde las mujeres tienen el deber de pedir permiso a sus tutores masculinos para viajar, acceder al empleo, recibir prestaciones de salud sexual y reproductiva, estudiar y ser tutoras de sus hijxs. Algunos hoteles prohíben que mujeres solteras alquilen una habitación si no están acompañadas de un varón; situación similar en lo referido a participar de eventos sociales [12]

María Galindo (2021) advierte sobre la fascistización de la subjetividad [13], vinculada con el miedo a ese otrx y a la pérdida del/os espacio/s ocupados. El control y la vigilancia se introyecta en la sociedad buscando cuerpxs e identidades las cuales dominar. Sin embargo, las manifestaciones espontáneas, horizontales, que muestran la efervescencia social reavivan no sólo la importancia de las tareas y profesiones del cuidado para las comunidades sino también la potencia de la autogestión como herramienta de transformación.  

La imperiosa necesidad de un mismo caminar – rumiar – activar más allá de los territorios por la liberación total de lxs cuerpxs, las mentes, la existencia no un día sino todos los días.

[1] Yasmine Kherfi. “Female Hysteria, Invisibilized Labour, and the Kafala System “. Kohl: a Journal for Body and Gender Research Vol. 5 No. 2 (2019): pp. 89-96. Disponible en: https://kohljournal.press/female-hysteria. doi: https://doi.org/10.36583/2019050207
[2] Gemma, Rose, Mala, Meriam, and Julia. “Resisting Borders: a Conversation on the Daily Struggles of Migrant Domestic Workers in Lebanon.” Kohl: a Journal for Body and Gender Research vol. 2, no. 2 (2016): 140-153. Disponible en: https://kohljournal.press/resisting-borders
[3] AI (2019) ‘Their house is my prison’: Exploitation of migrant domestic workers in Lebanon. Disponible en: https://www.amnesty.org/en/documents/mde18/0022/2019/en/
[4] BBC News Mundo (2021). Qué es el kafala, el controvertido sistema de empleo por patrocinio que “esclaviza” a los trabajadores. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-58438104
[5] AI (2019) ‘Their house is my prison’: Exploitation of migrant domestic workers in Lebanon. Disponible en: https://www.amnesty.org/en/documents/mde18/0022/2019/en/
[6] OIT (2016). A Study of Employers of Migrant Domestic Workers in Lebanon. Disponible en: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—arabstates/—ro beirut/documents/publication/wcms_524149.pdf
[7] IPS (2021). Mujeres de Sri Lanka detenidas en Arabia Saudita por la kafala. Disponible en: https://ipsnoticias.net/2021/04/mujeres-sri-lanka-detenidas-arabia-saudita-la-kafala/
[8] Hourany, D. (2022). Beyond the Kafala system. Disponible en: https://nowlebanon.com/beyond-the-kafala-system/
[9] Alberti, M y Dousa, J. (2022). ‘I wanted to die’: Abused migrant women in Lebanon face detention. Disponible en: https://www.aljazeera.com/features/2022/1/21/i-wanted-to-die-abused-migrant-women-in-lebanon-face-detention
[10] New Frame (2022). How Lebanon exploits migrant workers. Disponible en: https://www.newframe.com/how-lebanon-exploits-migrant-workers/
[11] Wolf, S (2020).  Lebanon’s migrant workers – exploited, then abandoned. Disponible en: https://en.qantara.de/node/41261
[12] Human Rights Watch (2021).  Qatar: La tutela masculina cercena los derechos de las mujeres. Las restricciones discriminatorias afectan la independencia para casarse, estudiar, trabajar y viajar. Disponible en:  https://www.hrw.org/es/news/2021/03/29/qatar-la-tutela-masculina-cercena-los-derechos-de-las-mujeres
[13] Galindo, M. (2021). Feminismo bastardo. Mujeres Creando. Bolivia.
Úrsula
Categoría: Género
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